Por Fernando Estévez Griego Ph. D.
El libro es comenzado por Reich con un dato importante que dice que durante sus estudios sobre sexualidad el tema sexual se abordaba como algo poco natural. Indica que en las primeras reuniones que asistió, la sexualidad se trataba como algo fantástico y extraño, pareciendo que no existía una sexualidad natural. Así observó que el inconsciente estaba repleto únicamente de impulsos perversos, según ciertos expositores.
Reich hace referencia a la negación del erotismo vaginal primario en la niña, teoría de la que eran partícipes varios psicoanalistas. Reich confiesa haber leído a Jung y Freud y que este último lo impresionó con su tratamiento de lo sexual, tanto como Bloch y Forel, pues estaba algo cansado de seguir las conferencias de un psicoanalista que no daba con el verdadero sentimiento que Reich tenía sobre el sexo.
Así Reich intuye la naturaleza no mecanicista del organismo hasta hacer nacer su teoría de unidad psicofísica que tuvo origen en Bergson, para terminar siendo una teoría psicosomática funcional. Reich descubre que es imposible negar que hay una fuerza creadora que gobierna la vida. Reich afirma una tendencia importante: todos tienen razón de alguna manera. Así, su búsqueda se basa entre las teorías mecanicistas y vitalistas y la supremacía del espíritu o del cuerpo. En su enfoque hace referencia a que todos, desde Forel y Jung hasta Freud hablaban de que la sexualidad se despierta, pero dónde estaba, e incluso sexualidad y procreación, parecían una sola cosa.
A partir de Freud, sexualidad y procreación son algo diferente y lo sexual no es lo genital. Pero luego critica la falta de técnica de Freud en desmedro de su inigualable capacidad para esbozar teorías. Haciendo referencia a que en la sociedad psicoanalítica siempre los demás médicos o psicoanalistas que eran mayores, le decía que siguiera analizando sin decirle técnicamente cómo. Reich percibe que existe una bioenergía y a la vez una laguna en la teoría sexual dentro de la psicología, la cual estaba dada por la teoría freudiana de que a la descarga sexual era lo único que nos guiaba al placer, a la que precedía una tensión que era displacentera.
Cuando, por ejemplo, en los preliminares sexuales no sólo existe una tensión sino a la vez una descarga de energía sexual. Así Reich llega a la siguiente conclusión: Un impuso ya no es algo que existe aquí y busca placer allí, sino el placer es motor en sí mismo. ¿Pero por qué repetir la experiencia? A lo que agrega: El impulso sexual no es nada más que el recuerdo motor del placer experimentado previamente.
Así abriendo el campo de la psicosomatología, Reich afirma que lo psíquico y lo somático son dos procesos paralelos en recíproca interacción a lo que llamó paralelismo psicofísico. Por aquella época no existía un concepto unitario de la interrelación funcional psicosomática. Desarrolla entonces un método de las relaciones entre la psique y el soma. Los estudios de Reich lo llevan a afirmar que la angustia y los síntomas neurovegetativos inmediatos son, por así decirlo, males que se nutren de la energía sexual no descargada.
Pero las neurosis e histerias parecen ser excrecencias malignas que se deben nutrir también de una fuente de energía, seguramente sexual. Así Reich observa que las emociones se originan en los instintos en la esfera somática. Luego la exposición de Reich se basa en que todo individuo que ha preservado un poco de naturalidad sabe que en un paciente neurótico lo que anda mal es que sólo padece una falta de satisfacción sexual plena y repetida, pues descubre que no había una sola mujer que no sufriera ausencia completa de orgasmo vaginal, mientras que en los hombres un 70% presentaba problemas de impotencia o similares.
Para esto Reich afirma que la potencia orgástica es la capacidad de abandonarse al fluir de la energía biológica sin ninguna inhibición. Esto dota al individuo de la capacidad de descargar completamente toda la excitación sexual contenida mediante contracciones placenteras involuntarias del cuerpo. Ningún individuo neurótico posee esta potencia orgástica y por eso está neurótico. Así, la cantidad del placer en el orgasmo depende de la tensión sexual acumulada en el genital. Afirma que la perturbación de la genitalidad es el síntoma de la neurosis.
Sobre la angustia, las investigaciones reichianas establecen que la sexualidad y la angustia representan dos direcciones opuestas de la excitación vegetativa. Evidentemente, la excitación que se expresa como placer en lo genital, se manifiesta como angustia si estimula el sistema cardiovascular. En sus investigaciones se hace notorio que la sobrecarga del sistema vasovegetativo por la energía sexual sin descargar es la causa de la angustia y de las neurosis.
Un análisis de Reich merece nuestra atención y es su afirmación basada en Barasch relativa a las estadísticas en relación con la duración de los matrimonios y la edad en que se inicia la vida genital, marcando una vinculación entre las exigencias de la abstinencia y las del matrimonio.
Cuanto más temprano se inicie un adolescente en las relaciones sexuales satisfactorias y en razón a diferentes objetos sexuales o individuos, tanto más difícil será para el mismo aceptar el concepto de una pareja para toda la vida. Por el contrario, si el adolescente mantiene la abstinencia sexual esto lo hace más sumiso y capaz de contraer matrimonio. Reich afirma que la felicidad sexual de la juventud en vías de maduración es un punto central de la prevención de la neurosis. Este placer y alegría de vivir no pueden experimentarse sin esgrimirse una lucha con consecuencias dolorosas.
Así, en un análisis social, Reich define el matrimonio, no como un fenómeno o asunto de amor o como una institución económica, sino como la forma en que los procesos económicos y sociales han encerrado las necesidades sexuales. Reich amplia el concepto sexual y su función en el matrimonio con una sentencia que quisiera analizar, dice: Todo matrimonio enferma debido a un conflicto siempre creciente entre las necesidades sexuales y las necesidades económicas. Esto se debe a que las necesidades sexuales no pueden satisfacerse con un único y mismo compañero, más que por un espacio limitado de tiempo.
La resignación de aceptar la monogamia y la represión de las necesidades e instintos sexuales exige fisiológicamente la inhibición de los impulsos vegetativos, produciendo mecanismos neuróticos. La contradicción económica y sexual, desde mi óptica, es en realidad la disociación de deseos de los instintos o impulsos sexuales y de poder. Cuando el compañero dentro del matrimonio deja de ser la fuente de nuestro placer sexual puede ser la fuente de nuestras satisfacciones del deseo o voluntad de poder, lo que me propongo demostrar más adelante en otra obra.
Durante toda la obra, W. Reich establece con claridad la hipocresía social que ronda el tema sexual. Pero me parece de extrema importancia definir cuáles son las causas reales desde la psicología social que establecen una represión sexual, que no permite la plena felicidad sexual de los individuos que aparentemente luchan consigo mismos. Estos factores son en la Psicología Individual, la contradicción momentánea SexoPoder y socialmente que los líderes o gobernantes tienen en claro que para aumentar el Poder es preciso minorizar el Sexo, con el fin de hacer a las masas más dóciles, lo cual genera campañas publicitarias contra la libre utilización de las energías psíquicas.
martes, 31 de julio de 2007
Libro la LA FUNCIÓN DEL ORGASMO de W. Reich
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